Futura nueva sala
Hola Jordi. Gracias por esa cortesía que siempre te precede. Creo que a veces intento dar tantas explicaciones y con tanto circunloquio que dudo si estoy aburriendo y alejando un poco los temas de una mayor participación o, incluso, de un debate sano. Si tuviera conocimientos podría tener su gracia pero, si te das cuenta, cada argumento que planteo en esos ladrillos que cuelgo encierra una pregunta elemental y también un anhelo de respuesta.
Sí es cierto que echo de menos las escuchas musicales entre semana, lo que ocurre es que también me resulta difícil encontrar el tiempo y la tranquilidad necesarios para disfrutarlas plenamente. Eso hace de los fines de semana algo muy especial para mí.
Saludos cordiales.
Sí es cierto que echo de menos las escuchas musicales entre semana, lo que ocurre es que también me resulta difícil encontrar el tiempo y la tranquilidad necesarios para disfrutarlas plenamente. Eso hace de los fines de semana algo muy especial para mí.
Saludos cordiales.
Manuel Fernández
Hola Johnny.
Esto de la acústica de salas llega a ser alucinante. Viendo las fotos del cortinaje (nada extraordinariamente complejo ni diseñado ex profeso) y leyendo tus comentarios, sorprende los efectos tan positivos que has notado en el sonido. Por lo que veo, has aplicado la misma solución que yo: has colocado absorción detrás de las cajas. Y te ha ocurrido lo mismo que a mí: un cambio notable y a mejor en muchos parámetros: timbre, escena sonora, menor distorsión, etc. El tratamiento detrás de los altavoces, junto a las esquinas delanteras, fue lo que más se notó en mi sala. Lo de las cortinas podría tener, además, una utilidad aparente: si detectas demasiada absorción en medias y, sobre todo, altas frecuencias, siempre puedes recogerlas un poco y disminuir la superficie de tratamiento. ¿No se te quedó un poquito amortiguado el sonido? En tu caso, además, esas telas hacen un efecto estético muy agradable, cubriendo también todo el aparataje. Tengo la duda de si ese mueble grande con los cd´s (magnífica colección) lo tenías en el salón. Lo digo por el efecto difusor que suelen tener.
Esto de la acústica de salas llega a ser alucinante. Viendo las fotos del cortinaje (nada extraordinariamente complejo ni diseñado ex profeso) y leyendo tus comentarios, sorprende los efectos tan positivos que has notado en el sonido. Por lo que veo, has aplicado la misma solución que yo: has colocado absorción detrás de las cajas. Y te ha ocurrido lo mismo que a mí: un cambio notable y a mejor en muchos parámetros: timbre, escena sonora, menor distorsión, etc. El tratamiento detrás de los altavoces, junto a las esquinas delanteras, fue lo que más se notó en mi sala. Lo de las cortinas podría tener, además, una utilidad aparente: si detectas demasiada absorción en medias y, sobre todo, altas frecuencias, siempre puedes recogerlas un poco y disminuir la superficie de tratamiento. ¿No se te quedó un poquito amortiguado el sonido? En tu caso, además, esas telas hacen un efecto estético muy agradable, cubriendo también todo el aparataje. Tengo la duda de si ese mueble grande con los cd´s (magnífica colección) lo tenías en el salón. Lo digo por el efecto difusor que suelen tener.
Manuel Fernández
Este fin de semana ocurrió algo muy especial en el almacén:
A la puerta llamó Leonhardt y no me lo podía creer. Nos saludó gentilmente y pidió una ayudita para meter su clave: pretendía tocar a Bach.
Poco después llegó Mravinsky y tampoco daba crédito. Le pareció ver a Leonhardt por allí y quiso pasar a saludarlo. Luego, nos propuso interpretar a Tchaikovsky.
También se presentaron Erich Kleiber y Lisa della Casa preguntando si conocíamos su recreación de "Le Nozze". Incluso Paul Van Nevel, que no encontraba a las chicas del Huelgas Ensemble. Y así, muchos más invitados ilustres.
Todos decidieron tocar el fin de semana. Y siempre se repetía la misma escena: cuando terminaban su actuación, cuando la última nota musical se apagaba lentamente, nos levantábamos entusiasmados y nos acercábamos para estrechar la mano a semejantes músicos. Pero abríamos los ojos y no había nadie...
A la puerta llamó Leonhardt y no me lo podía creer. Nos saludó gentilmente y pidió una ayudita para meter su clave: pretendía tocar a Bach.
Poco después llegó Mravinsky y tampoco daba crédito. Le pareció ver a Leonhardt por allí y quiso pasar a saludarlo. Luego, nos propuso interpretar a Tchaikovsky.
También se presentaron Erich Kleiber y Lisa della Casa preguntando si conocíamos su recreación de "Le Nozze". Incluso Paul Van Nevel, que no encontraba a las chicas del Huelgas Ensemble. Y así, muchos más invitados ilustres.
Todos decidieron tocar el fin de semana. Y siempre se repetía la misma escena: cuando terminaban su actuación, cuando la última nota musical se apagaba lentamente, nos levantábamos entusiasmados y nos acercábamos para estrechar la mano a semejantes músicos. Pero abríamos los ojos y no había nadie...
Manuel Fernández
- PAU GILABERT SOLSONA
- Mensajes: 303
- Registrado: Lun 12 Abr 2004 21:37
MFG escribió: Todos decidieron tocar el fin de semana. Y siempre se repetía la misma escena: cuando terminaban su actuación, cuando la última nota musical se apagaba lentamente, nos levantábamos entusiasmados y nos acercábamos para estrechar la mano a semejantes músicos. Pero abríamos los ojos y no había nadie...


Saludos.
- Alberto Sosa
- Mensajes: 852
- Registrado: Jue 26 Feb 2004 8:59
¡Caramba, qué coincidencia!.
El sábado me visitó Gustav Leonhardt al cobertizo. Quiso subir el clavecín, pero por motivos de estrechez de huecos fue imposible ubicarlo y tuvimos que conformarnos con un "Casio" que tienen mis hijas. El pobre, en un principio se sentía muy incómodo con aquel aberrante sustituto, pero surgió la magia y empezó a desplegar un sinfín de notas que acabaron conformando una de las mejores veladas para teclado que jamás pude escuchar. Terminó, ocioso, haciendo un "Concierto Italiano" que hizo que quedásemos completamente hipnotizados; incluso los peces, que abandonaron sus habituales correteos para sumarse a ese inolvidable concierto.
El sábado me visitó Gustav Leonhardt al cobertizo. Quiso subir el clavecín, pero por motivos de estrechez de huecos fue imposible ubicarlo y tuvimos que conformarnos con un "Casio" que tienen mis hijas. El pobre, en un principio se sentía muy incómodo con aquel aberrante sustituto, pero surgió la magia y empezó a desplegar un sinfín de notas que acabaron conformando una de las mejores veladas para teclado que jamás pude escuchar. Terminó, ocioso, haciendo un "Concierto Italiano" que hizo que quedásemos completamente hipnotizados; incluso los peces, que abandonaron sus habituales correteos para sumarse a ese inolvidable concierto.
... y la música continuaba aún cuando el sonido había desaparecido.
Hola chicos.
Estuve en el almacén de Manuel este dichoso sábado y, para mi pesar, he de decir que no exagera lo más mínimo. Los músicos estaban en esa habitación: llamabas a Hespèrion XXI y acudía; llamabas Alla Francesca y venían y también Paul van Nevel...; pedías la Filarmónica de Viena, la Filarmónica de Leningrado, Cleveland... y allí estaban; todos los solistas del mundo (¡vivos o muertos!) a tu disposición.
Volví a casa donde, ahora en obras, no puedo poner a disposición de los intérpretes ni siquiera un "casio", y al cabo de un rato y luego el domingo, disfruté muchísimo con los pocos discos que tengo a mano... pero a partir de ahora sé que no se me va a ir de la cabeza el Almacén de Manuel y que más pronto que tarde voy a tener que "clonarle" para que en mi casa también vengan los músicos cuando los invoque.
Un abrazo.
Estuve en el almacén de Manuel este dichoso sábado y, para mi pesar, he de decir que no exagera lo más mínimo. Los músicos estaban en esa habitación: llamabas a Hespèrion XXI y acudía; llamabas Alla Francesca y venían y también Paul van Nevel...; pedías la Filarmónica de Viena, la Filarmónica de Leningrado, Cleveland... y allí estaban; todos los solistas del mundo (¡vivos o muertos!) a tu disposición.
Volví a casa donde, ahora en obras, no puedo poner a disposición de los intérpretes ni siquiera un "casio", y al cabo de un rato y luego el domingo, disfruté muchísimo con los pocos discos que tengo a mano... pero a partir de ahora sé que no se me va a ir de la cabeza el Almacén de Manuel y que más pronto que tarde voy a tener que "clonarle" para que en mi casa también vengan los músicos cuando los invoque.
Un abrazo.
Hola a todos, esto se ha desatado antes de lo que pensaba. Julio, estaba escribiendo las sensaciones que percibí, la segunda parte. Pero no me habéis dado tiempo para colgarlas, je, je. No te nombraba en ellas porque cada cual es muy libre de opinar y no quería forzarte a que comentaras nada que no te apeteciera. Me alegro de veras que hayas disfrutado tanto como yo. Lo pasamos realmente bien. Ahora os cuelgo la parte II...
Manuel Fernández
…excepto otro ilustre invitado musical, responsable de aquel sueño ilusionante del fin de semana: las Apertura Altra.MFG escribió:Este fin de semana ocurrió algo muy especial en el almacén:
A la puerta llamó Leonhardt y no me lo podía creer. Nos saludó gentilmente y pidió una ayudita para meter su clave: pretendía tocar a Bach.
Poco después llegó Mravinsky y tampoco daba crédito. Le pareció ver a Leonhardt por allí y quiso pasar a saludarlo. Luego, nos propuso interpretar a Tchaikovsky.
También se presentaron Erich Kleiber y Lisa della Casa preguntando si conocíamos su recreación de "Le Nozze". Incluso Paul Van Nevel, que no encontraba a las chicas del Huelgas Ensemble. Y así, muchos más invitados ilustres.
Todos decidieron tocar el fin de semana. Y siempre se repetía la misma escena: cuando terminaban su actuación, cuando la última nota musical se apagaba lentamente, nos levantábamos entusiasmados y nos acercábamos para estrechar la mano a semejantes músicos. Pero abríamos los ojos y no había nadie...


Pido comprensión hacia esta particular manera de describir las sensaciones más relevantes que fuimos percibiendo los allí presentes, mortales de carne y hueso, simples amantes de la música. La lista de invitados que he presentado fue puro azar. Fueron algunos de los músicos que, a partir de la discografía que íbamos descubriendo, salieron a la palestra.
Fue la segunda vez que escuché las Apertura Altra. Pero esta vez en casa, así que no cabían los fuegos fatuos: esto ya es mundo real y aquí no funcionan los sortilegios. Y, si os soy sincero, estaba un poco aterrado porque tenía un cierto convencimiento, como poseedor de unas magníficas cajas, de que las Altra me dejarían finalmente un rastro de duda, no sobre su calidad, que es incuestionable, sino sobre sus posibilidades reales, frente a modelos mucho más ambiciosos, para recrear escenarios musicales verdaderamente creíbles y comparables. Entendí que contrastarlas frente a cajas como las ATC 150, darían la verdadera medida de sus posibilidades, que era lo que yo pretendía. Y es que después de aquella gloriosa audición en el Molino llegué a valorar, incluso, la posibilidad de sustituir mis flamantes y poderosas ATC. Con el tiempo, todas aquellas sensaciones maravillosas se fueron atenuando y mi parte racional que, a Dios gracias, nunca me ha abandonado del todo, me aconsejaba ser prudente y sensato. Pero el poso quedó y el run-run de aquella sesión mágica me ha venido persiguiendo hasta la fecha.
Me pareció, además, que invitar a algún buen y sensato amigo, con la cabeza bien amueblada y sin ningún contacto anterior con estas cajas, sería otro seguro para evitar interpretaciones exageradas.
El viernes por la tarde-noche empezaron a sonar y todavía concedí el beneficio de la duda... a las ATC. El sábado por la mañana, después de un breve paseo por el campo y de recoger a mi buen compañero, entré de nuevo –entramos- en el almacén. José Esteiro y José Martínez estaban ya esperándonos con un programa musical variado y, como siempre, seleccionado con un gusto exquisito. Y fue cuando todos los músicos comenzaron a llamar a la puerta…
Cada pieza musical fue un pequeño delirio, un echarse las manos a la cabeza, un ejercicio de incredulidad. El escenario ya no se podía medir. Fue como abrir la puerta a los músicos para que se sintieran libres, se acomodaran a su gusto y tocaran como ellos sabían. ¿Graves? ¿agudos? ¿medios?... NO. Gargantas inefables, sentimientos, matices, intenciones, transparencia, vida, color. ¿Defectos? sigo sin encontrarlos ¿Limitaciones? Supongo que si escucho algo mejor sabré verlas. En el fondo me da igual. Es tal el disfrute y la implicación emocional que te procuran estas cajas que sólo puedo lamentar no haberlas conocido antes. Como me comentaba José Esteiro, aquí entramos en “territorio Signature”. Lo mejor es que allí hubo un ambiente de ilusión, excitación, alegría; el ambiente de momentos recordados que, lógicamente, sólo suceden de cuando en vez y que afortunadamente parece que regresan. Esta es sólo mi opinión y mi gusto personal aunque para mí es lo que cuenta.
Un saludo,
Manuel Fernández
- Alberto Sosa
- Mensajes: 852
- Registrado: Jue 26 Feb 2004 8:59
Manuel, ahora en serio.
Ya me extraña mucho que el fenómeno casualidad haya aparecido de nuevo. Pienso que no debes tener reparo alguno en calificar esas cajas como mágicas y extramusicales.
La música cuando brota te hace olvidar de todos los adjetivos que solemos emplear para hacer valoraciones racionales. Puede tanto, que todo se resume en puro entusiasmo y en una abertura especial de los poros de la sensibilidad para que sólo queden en el recuerdo las huellas de esos sentimientos superlativos que sólo logra el arte.
José Esteiro es un hombre muy sensible y comedido que sabe elegir instrumentos adecuados para permitirnos gozar de momentos especialmente conmovedores con la ayuda de la sustancia que los propicia: Música en estado puro disfrutada en tu propia casa.
Manuel, me alegro una barbaridad.
Ya me extraña mucho que el fenómeno casualidad haya aparecido de nuevo. Pienso que no debes tener reparo alguno en calificar esas cajas como mágicas y extramusicales.
La música cuando brota te hace olvidar de todos los adjetivos que solemos emplear para hacer valoraciones racionales. Puede tanto, que todo se resume en puro entusiasmo y en una abertura especial de los poros de la sensibilidad para que sólo queden en el recuerdo las huellas de esos sentimientos superlativos que sólo logra el arte.
José Esteiro es un hombre muy sensible y comedido que sabe elegir instrumentos adecuados para permitirnos gozar de momentos especialmente conmovedores con la ayuda de la sustancia que los propicia: Música en estado puro disfrutada en tu propia casa.
Manuel, me alegro una barbaridad.
... y la música continuaba aún cuando el sonido había desaparecido.
No puedo añadir casi nada de lo anteriormente reseñado por Manuel de estas cajas. NUNCA, NUNCA, NUNCA, en todas las audiciones a las que he asistido, he percibido esa sensación única: las cajas acústicas no existen, sólo se escucha la música, te olvidas de graves, de agudos, de la estética de las cajas (que sinceramente es lo único que no me entusiasmó), es tal la sensación de realismo, de estar en un concierto en vivo... que se te olvida todo lo demás. Y eso se percibe no sólo frente a las cajas en la posición "normal" de escucha: probé a sentarme en un sofá de la pared lateral y todo lo anteriormente descrito se percibía prácticamente igual... y con cualquier música.
Como dijo en un momento de la audición José Esteiro, el problema de las cajas acústica queda resuelto cpn esta marca.
Sólo puedo decir, y no creo posible añadir mayor elogio, que desde hoy estoy mirando cómo puedo financiarme su compra.
Un abrazo entusiasta a todos.
Como dijo en un momento de la audición José Esteiro, el problema de las cajas acústica queda resuelto cpn esta marca.
Sólo puedo decir, y no creo posible añadir mayor elogio, que desde hoy estoy mirando cómo puedo financiarme su compra.
Un abrazo entusiasta a todos.